Dará
que hablar este grupo de poetas, no hay duda. Y a mí me cabe el orgullo de
haber sido el que los reunió y llevó a Sevilla aquellos días de diciembre en
que los periódicos acabaron hablando de que había nacido una generación de
grandes poetas. ¡Y tanto que grandes! Seguramente, desde los tiempos del propio
Góngora, al que homenajeábamos, Quevedo, Cervantes, Lope y tantos grandes, no
habían vuelto a juntarse poetas de tanta magnitud.
Los temas, en realidad, no han cambiado
apenas: el amor, la muerte, el tiempo… Son los enigmas en los que nos movemos
como seres diminutos y apasionados, confundidos con preguntas y emociones que
nos asaltan y no comprendemos, como tan bien resumió ese nicaragüense excelso
en su poema “Lo fatal”: y no saber a dónde vamos, ni de dónde venimos…
Hasta el soniquete de fondo se
conserva. El alma española, o mejor hispánica, porque la comparten tantos
países que no son España, se expresa en ritmos que saltan de los octosílabos a
los endecasílabos y los alejandrinos, pero también lo hace con soltura en
heptasílabos, hexasílabos y hasta, hoy día, en verso libre y sin métrica
precisa. Pero siempre con un ritmo que acompasa la existencia y la pasión de
vivir a la herida y el contratiempo, y que es capaz de combinar los colores más
brillantes y exquisitos, con el austero negro contra blanco y algún chirguetazo
de rojo escarlata de la sangre. Por eso el flamenco y los toros son tan hispanos
y hasta los sones que nos llegan de lejanos países con sus bosques y sus
bahías, tienen ese sabor a sal y a azúcar, y al agridulce sabor de la vida
intensa y manchada de pasión.
Recordar aquellas jornadas de juegos y
delirios, bromas y seriedad, risas hasta la locura y el llanto incontrolable al
oír cantar sus seguiriyas a Manuel de la Torre, han sido esta noche para mí
entender sin explicaciones la hondura de esta gente, hecha de mar y de piedra,
de fuego y de nieve, de amor y de herida. Y saber que tengo el privilegio de
escuchar de sus labios palabras que durarán mucho tiempo en el eco de los
hombres. Y que sembrarán rosas de luz y perfilarán cuchillas de sombra,
mientras se contempla la maravilla de la vida y el misterio de la muerte.
EXTRACTO DE LA NOVELA: RAPSODIA EN NEGRO Y ROJO
Ya a la venta en librerías.
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