miércoles, 4 de mayo de 2016

Dará que hablar este grupo de poetas, no hay duda. Y a mí me cabe el orgullo de haber sido el que los reunió y llevó a Sevilla aquellos días de diciembre en que los periódicos acabaron hablando de que había nacido una generación de grandes poetas. ¡Y tanto que grandes! Seguramente, desde los tiempos del propio Góngora, al que homenajeábamos, Quevedo, Cervantes, Lope y tantos grandes, no habían vuelto a juntarse poetas de tanta magnitud.
         Los temas, en realidad, no han cambiado apenas: el amor, la muerte, el tiempo… Son los enigmas en los que nos movemos como seres diminutos y apasionados, confundidos con preguntas y emociones que nos asaltan y no comprendemos, como tan bien resumió ese nicaragüense excelso en su poema “Lo fatal”: y no saber a dónde vamos, ni de dónde venimos…
         Hasta el soniquete de fondo se conserva. El alma española, o mejor hispánica, porque la comparten tantos países que no son España, se expresa en ritmos que saltan de los octosílabos a los endecasílabos y los alejandrinos, pero también lo hace con soltura en heptasílabos, hexasílabos y hasta, hoy día, en verso libre y sin métrica precisa. Pero siempre con un ritmo que acompasa la existencia y la pasión de vivir a la herida y el contratiempo, y que es capaz de combinar los colores más brillantes y exquisitos, con el austero negro contra blanco y algún chirguetazo de rojo escarlata de la sangre. Por eso el flamenco y los toros son tan hispanos y hasta los sones que nos llegan de lejanos países con sus bosques y sus bahías, tienen ese sabor a sal y a azúcar, y al agridulce sabor de la vida intensa y manchada de pasión.

         Recordar aquellas jornadas de juegos y delirios, bromas y seriedad, risas hasta la locura y el llanto incontrolable al oír cantar sus seguiriyas a Manuel de la Torre, han sido esta noche para mí entender sin explicaciones la hondura de esta gente, hecha de mar y de piedra, de fuego y de nieve, de amor y de herida. Y saber que tengo el privilegio de escuchar de sus labios palabras que durarán mucho tiempo en el eco de los hombres. Y que sembrarán rosas de luz y perfilarán cuchillas de sombra, mientras se contempla la maravilla de la vida y el misterio de la muerte.

EXTRACTO DE LA NOVELA: RAPSODIA EN NEGRO Y ROJO
Ya a la venta en librerías.


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